sábado, 19 de julio de 2008

19-jul: Šibenik - Brela - Makarska - isla de Brač

Šibenik, tranquilidad en el Adriático.

Visita matutina a Šibenik. El barrio antiguo es muy bonito. Es un laberinto de calles empedradas con algunas iglesias y muchas tiendecitas. Subiendo subiendo llegas al castillo con unas magnificas vistas sobre la ciudad y la bahía. La catedral de San Jakob también merece una visita. Es lo mas parecido a una catedral española o francesa que he visto hasta ahora en Croacia. Un poco más arriba hay una bonita terraza en lo que fue el jardín de un convento franciscano, muy apropiada para tomar algo disfrutando de la tranquilidad del lugar.

ŠibenikŠibenik


Mi visita Šibenik duró entre 2 y 3 horas.

Cerca de Šibenik está el parque del río Krka. Lo más destacado son las cascadas de Skradinski Buk. Al igual que en los lagos de Plitvice, hay que dejar el coche a la entrada (80 kn) y te llevan en autobús hasta la zona de las cataratas. Hay un recorrido en pasarelas que te acerca a las mejores vistas. Luego también hay otros paseos en barca por el resto del río aunque esos no los hice. Las cataratas del Krka son un sitio muy bonito aunque mucho mas pequeño que los lagos de Plitvice y menos espectacular. Merece la pena la visita si no vas a ir a los Lagos o si dispones de un par de horas libres.

Cascadas del Krka


A la playa... y adios coche

Como hace mucho calor y apetece playa, cogemos la autopista y nos dirigimos a Brela. La costa croata es muy escarpada y cae directa al mar lo que apenas deja unos rinconcitos que se puedan considerar playa. Brela es uno de ellos.

Intento dejar el coche en una acera, pero sale un viejo cascarrabias de una ventana y dice que allí solo aparcan residentes a pesar de no haber señal ni vado alguno, y amenaza con llamar a la grúa. Al final, como está uno en el extranjero, me voy y lo aparco en otra zona cercana, señalizada como prohibida pero donde hay muchos otros coches. Lamentablemente al volver de la playa la grúa ha pasado por allí. Seguro que el cabr@# del viejo dio el aviso. Toca subir al pico del pueblo a por el coche, o sea remontar casi 2 kilómetros de cuesta. Al ir a pagar la multa de 700 kunas, nos ofrecen pagar en euros un total de 50. Al cambio son unas 350 kunas. Está claro que van a por el turista, que saben que vamos a pagar para seguir el viaje y no vamos a protestar ni denunciar.

La playa de Brela es de piedra, como casi todas por Croacia, y está también abarrotada de alemanes. No obstante, dados los pocos sitios de playa que hay, es un buen lugar para estar un ratito al sol.

El próximo destino es la isla de Brač. Para ello hay que tomar un ferry desde Makarska (140 kn el coche y 30 kn por persona). Mientras esperamos la salida del mismo descubrimos que Makarska tiene una playa mucho más extensa y bonita que Brela. Ademas hay un bar con una terraza que llega a la misma orilla del mar. Es un lugar ideal para relajarse, tomar algo y disfrutar del atardecer sobre el Adriático con el sol brillando sobre el mar.

MakarskaMakarska


El viaje en ferry dura unos 40 minutos hasta Sumartin, en la isla de Brač. Sumartin es un pueblo tranquilo, con apenas dos bares y un restaurante. No hay carteles de "sobe" así que seguimos carretera arriba y paramos en la primera casa. Allí conseguimos habitación por 200 kn. Normalita, dentro de la media habitual.

Bajamos a cenar a Sumartin, al restaurante Dalmatiano. Aparte de la ensalada de pulpo, unas brochetas y una rica lubina regadas con el vino blanco al que ya le tenemos mucho apego, el restaurante nos ameniza la velada con las canciones de un típico cantante de Dalmacia. "Ni Canada, ni America, ni Austraaaaalia..." Impagable.

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