martes, 22 de julio de 2008

22-jul: Korčula, Ston, Dubrovnik

Completamos la visita a Korčula con un paseo durante toda la mañana por sus bonitas calles y su centro empedrado. Korčula es uno de los sitios que más me han gustado hasta el momento. Imprescindible.

KorculaCoches en el ferry


El ferry hacia Orebič tarda unos 15 minutos. Una vez desembarcados hay que recorrer unos 60 km por una carretera sinuosa en la península de Peljesač hasta Ston. Esta zona es famosa por sus vinos y por el camino se suceden las bodegas donde podemos comprar vino. Quizá la más famosa sea la bodega Dragač.

Ston es un pequeño pueblecito que destaca por una muralla de 5 km que sube por el monte asemejándose a la gran muralla china y que originariamente protegía las salinas del lugar.

En Ston también tienen fama las ostras así que paramos en un restaurante donde comimos varias ostras y una ración enorme de mejillones por menos de 80 kn. Muy rico.

StonSton


Desde Ston quedan unos 40 km hasta Dubrovnik por la serpenteante y concurrida carretera de la costa. La llegada a Dubrovnik es un autentico caos de tráfico ya que sólo hay una carretera que baja por la colina hasta el centro y luego vuelve a subir. Miramos un par de sitios para dormir. Aquí todo está bastante más caro, nos piden unos 100 € por noche en habitaciones muy pequeñas. Conviene buscar un sitio lo más abajo posible y con parking para el coche, ya que aparcar es imposible y Dubrovnik está en una colina muy empinada así que volver al alojamiento puede ser agotador.

Tras un par de sitios que no nos gustaron nos sale al encuentro una señora que nos enseña una habitación correcta, con un baño algo viejo pero limpio a compartir con la habitación de al lado, y unas maravillosas vistas de Dubrovnik desde la terraza. Nos pide 60 euros, y como está bastante bien situado nos quedamos. La casa está en mitad de una calle que es una larga escalera sin acceso para coches, así que para no cargar con la maleta cogemos lo imprescindible para la noche y dejamos la pesada maleta en el maletero.

Dubrovnik


Bajamos las largas escaleras y en menos de 5 minutos estamos en el centro de Dubrovnik. Llegar y cruzar las anchas murallas de la ciudad y ver los primeros edificios del interior se describe con dos palabras: im-presionante. El centro antiguo es un conglomerado de casas en piedra, iglesias y palacios. Todo está muy bien conservado ya que todo el centro se reparó recientemente tras la guerra en Yugoslavia.

Después de recorrer el centro y de curiosear en la multitud de tiendas de recuerdos paramos a tomar un vino en una nueva y encantadora vinatería sita en una bocacalle de la calle principal llamada D'Vino. El trato es muy atento y tiene una buena selección de vinos locales.

Dubrovnik


Otro sitio a mencionar es el bar-restaurante Arsenal. Es de decoración muy cuidada en madera, un tanto pija. Tiene una terraza al puerto y un par de mesas situadas dentro del esqueleto de un barco de madera. No comí allí así que no puedo dar opinión del menú.

Para cenar acabamos sentándonos en el Konoba Lantern, en una callejuela cercana a la calle principal. El menú era el habitual de todos los restaurantes. El plato de pescados para dos venia con bastantes cosas, aunque buena parte eran mejillones, de los cuales ya me había hartado al mediodía. El sitio está bien, dentro del nivel correcto habitual.

Las escaleras de vuelta se hacen un poco cansadas, pero en poco más de 5 minutos llegamos al bien merecido descanso. Eso sí, antes de acostarse es inevitable recrearse durante unos momentos en la terraza de la habitación con las espléndidas vistas de Dubrovnik iluminado por la noche.

lunes, 21 de julio de 2008

21-jul: Drvenik, Hvar, Korčula

Hvar, una isla no tan maravillosa

Hoy toca madrugar ya que pretendemos tomar un ferry desde Drvenik (a 30 km de Makarska) hacia Hvar a las 9:00. Al llegar hay una cola enorme de coches y se llena antes de que consigamos entrar en el barco. Mientras esperamos al siguiente, programado a las 10:30, pasamos un rato tomando el sol en la playa de Drvenik, que como casi todas las playas croatas es de piedras y está atestada de alemanes de tal manera que casi no hay sitio incluso a esas horas tan tempranas. Afortunadamente llega otro ferry de refuerzo a las 9:30 y partimos hacia Hvar.

Hvar está anunciada en los folletos como una de las 10 islas más bonitas del mundo. El ferry atraca en la punta de la isla contraria al pueblo de Hvar, así que hay que recorrer en coche los 80 km de longitud de la isla por unas carreteras estrechas y muy tortuosas. Tras algo más de 1 hora por la carretera no hemos visto nada de particular a esta isla que la haga especial y llegamos al pueblo de Hvar.

Hvar es un bonito pueblo costero, aunque similar a otros que ya hemos visto. Es agradable darse un paseo por la costa hasta el elegante hotel Amfora, situado en una calita y con muchos lujos como una piscina con cascada. El hotel se vende como "Grand Beach Resort" pero la playa mide como 20 metros de largo y es de piedras. Cosas del "marketing".

HvarEscalera en Hvar


Nuestro siguiente destino es Korčula. A pesar de que hay una línea Hvar-Korčula, ésta no funciona a diario. Así que no nos quedó otro remedio que desandar el camino y volver nuevamente a Sučuraj, en la otra punta.

Marchamos decepcionados de la isla de Hvar. Sobre todo por el largo trayecto. Mientras esperamos a que llegue la hora de tomar el ferry nos paramos en una calita que está hacia mitad de la isla, que tiene un complejo abandonado sin finalizar la construcción, cerca de dos campings. La calita es muy tranquila y es un lugar ideal para pasar un rato tomando el sol en la playa, lejos de las hordas germanas.

Calita en la isla de Hvar


En resumen, si bien el pueblo de Hvar es bonito tampoco tiene nada tan especial que haga que la visita merezca la pena ya que hay que perder mucho tiempo en ferries y en la carretera de la isla. El resto de la isla tampoco tiene ningún punto destacado.

Finalmente tomamos el ferry de las 18:00 hacia Drvenik, y allí mismo nos ponemos a la cola del ferry hacia Korčula, que sale a las 19:15. Este ferry hace este recorrido 3 veces al día, tardando 2:20. La linea la opera otra compañía distinta a la de los otros ferries (Jadrolinija), y sólo funciona en verano así que no veréis los horarios en su web por lo que conviene que os aseguréis del horario antes de planear el trayecto.

Korčula

El puerto de Korčula está a unos 4 km de la ciudad, y desconozco si hay transporte público. Paramos para buscar sobe cerca del cruce de la carretera general con el desvío a Korčula, y una señora nos ofrece un miniapartamento bastante bien puesto con baño y cocina por 40 € la noche.

Bajamos a Korčula a cenar. El castillo y murallas que rodean al centro antiguo son una pasada y están muy bien iluminadas de noche. Cenamos en un restaurante un poco a las afueras de la muralla. La carta es muy parecida al resto de restaurantes de Dalmacia: alguna ensalada, marisco, pescado y más bien poca carne. Cena correcta, como en casi todos los sitios.

Por la noche apenas hay ambiente. Si acaso un par de bares donde tomar un coctel, pero con poca gente que se retira rápido a dormir. En fin, habrá que dejar la juerga para otro día.

domingo, 20 de julio de 2008

20-jul: Bol - Split - Trogir - Makarska

La mejor playa de Croacia

El punto mas destacado de la isla de Brač y donde se concentra el turismo es la playa de Bol. Ésta es un saliente picudo hacia el mar que forma una muy extensa (para lo visto hasta ahora en Croacia) playa. Forma uno de los sitios mas bonitos que he visto en este viaje, precisamente por su peculiar forma.

Bol


Como información, dejar el coche en el parking cuesta 40 kn. Y como curiosidad, los alemanes comen cualquier cosa a cualquier hora. El puesto más abarrotado de la playa en un día a treinta y tantos grados ¡era el de palomitas! También hay otro puesto que te vende una rica y fresca ensalada de frutas por 25 kn, aparte de los típicos chiringuitos.

Después de la sesión de playa bajamos hasta Supetar, a unos 20 km, para tomar el ferry hacia Split (140 kn el coche y 30 por persona). El trayecto dura 45 minutos.

Decepcionante Split

Aparcamos en el centro de Split (10 kn/h), justo frente a una bonita fachada que resultó ser el Palacio de Diocleciano. De este famoso palacio que aparece en todas las guías y folletos sobre Croacia tan solo quedan los muros exteriores, reconvertidos en fachada y algún muro interior. El resto del interior fue reconvertido con el paso de los siglos en un bonito barrio de callejuelas. Y en los antiguos sótanos ahora hay un montón de tenderetes con recuerdos para turistas. Pero no queda nada que haga adivinar el presumible esplendor del palacio.

Como visita interesante se puede subir al campanario de la catedral (10 kn), desde donde se ve toda la ciudad aunque las vistas no son muy espectaculares.

Split


La visita a Split se hizo en 1 hora. Aunque en mi opinión es una ciudad prescindible.

Trogir. Aire medieval.

Trogir es una pequeña ciudad a 30 km de Split. El centro histórico es patrimonio de la Unesco y ocupa un pequeño islote en medio de la bahía. Todo es una preciosidad, está todo empedrado y las casas son también todas de piedra. En medio hay varias iglesias, destacando la catedral con una bonita portada, situada en una preciosa plaza.

TrogirTrogir


En una punta del islote está la fortaleza. Se puede subir a la torre (15 kn), con muy buenas vistas. Por lo demás en el puerto de Trogir se pueden ver unos cuantos yates de superlujo. Parece que es una parada obligada para los multimillonarios que recorren el Adriático.

Necesitarás al menos 3 horas para visitar Trogir. Imprescindible.

Vida nocturna en Makarska

Como ya es tarde para coger un ferry hacia Hvar, nos dirigimos al sur por la costa. Al llegar a Makarska buscamos alojamiento y encontramos una casa que en principio parecía similar a las anteriores en las que habíamos dormido, pero que por dentro era un pequeño hotel con habitaciones muy nuevas y baño completo (30 € una doble). El dueño habla inglés y es muy amable explicando muchas cosas de la zona. Para llegar viniendo desde Split hay que tomar la segunda entrada a Makarska (seria la primera viniendo desde Dubrovnik). Una vez cogido el desvío es la segunda casa de la derecha, la primera pone un cartel "sobe 20 m" y la segunda tiene una lámpara en la entrada que pone "Rooms". El mayor pero del sitio es que está pegado a la carretera, y los coches hacen mucho ruido. Está como a 15 minutos andando del centro.

Bajamos a cenar y encontramos mesa en un restaurante en la avenida de la playa, en plena zona turista. Ya tenia ganas de comer carne así que pedí un buen bistec con salsa de champiñones que estaba muy bueno. Esto junto con unas riquísimas almejas en vino blanco, y vino blanco de la casa en total salió por 235 kn. Buen sitio.

Se nota que Makarska es una ciudad con mucho turismo porque por la noche hay unos cuantos bares con buen ambiente, especialmente al lado de la playa. Lo ideal para tomarse unas copas y bailar algo antes de irse a dormir.

sábado, 19 de julio de 2008

19-jul: Šibenik - Brela - Makarska - isla de Brač

Šibenik, tranquilidad en el Adriático.

Visita matutina a Šibenik. El barrio antiguo es muy bonito. Es un laberinto de calles empedradas con algunas iglesias y muchas tiendecitas. Subiendo subiendo llegas al castillo con unas magnificas vistas sobre la ciudad y la bahía. La catedral de San Jakob también merece una visita. Es lo mas parecido a una catedral española o francesa que he visto hasta ahora en Croacia. Un poco más arriba hay una bonita terraza en lo que fue el jardín de un convento franciscano, muy apropiada para tomar algo disfrutando de la tranquilidad del lugar.

ŠibenikŠibenik


Mi visita Šibenik duró entre 2 y 3 horas.

Cerca de Šibenik está el parque del río Krka. Lo más destacado son las cascadas de Skradinski Buk. Al igual que en los lagos de Plitvice, hay que dejar el coche a la entrada (80 kn) y te llevan en autobús hasta la zona de las cataratas. Hay un recorrido en pasarelas que te acerca a las mejores vistas. Luego también hay otros paseos en barca por el resto del río aunque esos no los hice. Las cataratas del Krka son un sitio muy bonito aunque mucho mas pequeño que los lagos de Plitvice y menos espectacular. Merece la pena la visita si no vas a ir a los Lagos o si dispones de un par de horas libres.

Cascadas del Krka


A la playa... y adios coche

Como hace mucho calor y apetece playa, cogemos la autopista y nos dirigimos a Brela. La costa croata es muy escarpada y cae directa al mar lo que apenas deja unos rinconcitos que se puedan considerar playa. Brela es uno de ellos.

Intento dejar el coche en una acera, pero sale un viejo cascarrabias de una ventana y dice que allí solo aparcan residentes a pesar de no haber señal ni vado alguno, y amenaza con llamar a la grúa. Al final, como está uno en el extranjero, me voy y lo aparco en otra zona cercana, señalizada como prohibida pero donde hay muchos otros coches. Lamentablemente al volver de la playa la grúa ha pasado por allí. Seguro que el cabr@# del viejo dio el aviso. Toca subir al pico del pueblo a por el coche, o sea remontar casi 2 kilómetros de cuesta. Al ir a pagar la multa de 700 kunas, nos ofrecen pagar en euros un total de 50. Al cambio son unas 350 kunas. Está claro que van a por el turista, que saben que vamos a pagar para seguir el viaje y no vamos a protestar ni denunciar.

La playa de Brela es de piedra, como casi todas por Croacia, y está también abarrotada de alemanes. No obstante, dados los pocos sitios de playa que hay, es un buen lugar para estar un ratito al sol.

El próximo destino es la isla de Brač. Para ello hay que tomar un ferry desde Makarska (140 kn el coche y 30 kn por persona). Mientras esperamos la salida del mismo descubrimos que Makarska tiene una playa mucho más extensa y bonita que Brela. Ademas hay un bar con una terraza que llega a la misma orilla del mar. Es un lugar ideal para relajarse, tomar algo y disfrutar del atardecer sobre el Adriático con el sol brillando sobre el mar.

MakarskaMakarska


El viaje en ferry dura unos 40 minutos hasta Sumartin, en la isla de Brač. Sumartin es un pueblo tranquilo, con apenas dos bares y un restaurante. No hay carteles de "sobe" así que seguimos carretera arriba y paramos en la primera casa. Allí conseguimos habitación por 200 kn. Normalita, dentro de la media habitual.

Bajamos a cenar a Sumartin, al restaurante Dalmatiano. Aparte de la ensalada de pulpo, unas brochetas y una rica lubina regadas con el vino blanco al que ya le tenemos mucho apego, el restaurante nos ameniza la velada con las canciones de un típico cantante de Dalmacia. "Ni Canada, ni America, ni Austraaaaalia..." Impagable.

viernes, 18 de julio de 2008

18-jul: Lagos de Plitvice

Los maravillosos lagos de Plitvice

Nos levantamos y tomamos la carretera hacia el interior en dirección al Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Por el camino paramos en un bar-asador a tomar un café y cual sería nuestra sorpresa al ver a varios paisanos comerse un cochinillo asado ¡a las 10 de la mañana!

El camino llevó un poco más de 2 horas. La carretera está en obras durante unos cuantos kilómetros y la circulación es lenta. Si se va desde Split no hay ninguna obra.

Al llegar al parque hay que dejar el coche en un parking en los huecos que ha dejado el monte entre los arboles. Es muy curioso, aunque poco práctico: te quedas muy lejos de las taquillas. Hay que sacar un ticket para la entrada y luego elegir la excursión. Hay varias rutas preparadas para recorrer las distintas partes del parque y también transporte en autobús y barco entre las distintas zonas. Elegimos la ruta H, que se tarda entre 4 y 5 horas y se recorren todos los puntos de interés.

Lagos de PlitviceLagos de Plitvice


El parque está muy bien organizado y cuidado. Casi todo el camino se hace por pasarelas de madera y no es especialmente difícil ni cansado. Además el tiempo que se pasa esperando y utilizando el transporte sirve de descanso. Eso sí, esto está muy masificado así que en ocasiones hay que tener paciencia cuando nos crucemos con un grupo grande de gente.

En cuanto a paisaje el parque es fantástico. Merece mucho la pena la visita. Son una serie de lagos de increíbles y cristalinos colores azules comunicados entre sí por una sucesión de cascadas. Las pasarelas que recorren las orillas y en ocasiones por encima de los lagos nos permiten disfrutar de la gama de colores del agua.

Lagos de Plitvice


La catedral más pequeña del mundo

Tras el parque nos dirigimos hacia Zadar por la autopista (de peaje) para hacer una parada en Nin, a 20 km de Zadar. Este es un pequeño y encantador pueblecito en una isla pequeña unida por puentecitos a tierra. Cuenta con el honor de tener la catedral más pequeña del mundo. Se respira un ambiente muy tranquilo a pesar de lo pequeño ya que hay poco turista por aquí.

Nin


Continuamos por la autopista hacia Šibenik, para pasar allí la noche. No vemos apenas ningún cartel de "sobe" así que nos vamos al pueblo costero de Brodaniča. Allí está plagado de apartamentos y conseguimos uno normalito por 25 €.

Cenamos al lado del apartamento en el restaurante Zlatve Plitka, con terraza al borde del mar y Richard Clayderman al piano. Bueno, no era él, pero sí que había pianista en directo. Un ambiente muy romántico si vas en pareja.

Aquí probé el jamón croata. Es un jamón como poco curado y muy salado. Como esperaba nada que compararse a un ibérico. El plato de pescado de la casa estaba bueno, aunque me pareció un poco timo por la poca variedad. El que sí estaba muy bueno era el vino blanco de la casa que entraba como agua e hizo que acabáramos la cena con una buena moña.

Moña que fuimos a celebrar al único bar que había abierto en toda la costa de Brodaniča. Naturalmente había una mezcla de gente de todas las edades, incluyendo un curioso grupo que se asemejaba a una tuna y que cantaron un par de típicas canciones.

jueves, 17 de julio de 2008

17-jul: Pula - Rijeka - Krk - Senj

Pula, esplendor romano.

Amanece un día soleado en Pula. Es una gozada tener el buen tiempo casi garantizado, en contraste con la variabilidad que tenemos en Asturias. Nos dirigimos al Coliseo (40 kn). De día también es una construcción impresionante y que está en muy buen estado. Dentro se utiliza para festivales y conciertos. Y al igual que sucede en el de Roma, hay un montón de turistas haciendo las típicas poses de gladiadores.

PulaPula


Repetimos el recorrido por la calle principal de Pula para ver los monumentos de día, incluyendo el Arco de Sergio, el Templo de Roma y Augustus, . Esta calle rodea circularmente al castillo que se encuentra en lo alto. El castillo aparentemente no merece la pena así que no subimos. Donde sí subimos es a un convento franciscano. Al entrar (5 kn) descubrimos un bonito claustro. Además es una zona muy tranquila porque la masa de turistas parece que se niega a subir el más mínimo repecho, por lo que este lugar parece un pequeño oasis entre la marabunta de gente y de tiendas de recuerdos.

PulaPula


Una vez completamos la visita a Pula, para la que recomiendo al menos 3-4 horas, tomamos la Y Istria hacia Rijeka. Para salir de la península hay que pasar el túnel de Učka que es de peaje (20 kn).

Rijeka es una ciudad grande al norte de Croacia. Nos dimos una vuelta por el centro pero descubrimos que no tenía ningún lugar interesante. Para colmo paramos a comer unos bocadillos que también estaban bastante malos. Un fiasco la parada en Rijeka, que nos podíamos haber saltado perfectamente.

¡¡A la playa!!

Para recuperarnos de la decepción de Rijeka cruzamos a la isla de Krk por un impresionante puente de más de 1000 metros (30 kn a la ida, 0 a la vuelta). La carretera que cruza la isla es serpenteante y en no muy buen estado. Se tardan unos 40 minutos en llegar a Baška, en la otra punta.

Baška es casi la única playa que hemos visto hasta ahora y es una franja de 1 km de largo y 10 m de ancho toda de piedras. Aun así está abarrotada de alemanes y resulta casi imposible poner la toalla. Allí nos damos un baño y un rato de relax tomando el sol.

A la vuelta paramos en Krk, un bonito pueblo costero al estilo de otros que vimos: centro empedrado con una iglesia, tiendas de turistas y hordas de alemanes.

Finalmente tomamos ruta hacia Senj, para pasar la noche. Al entrar en una urbanización el coche que viene detrás se para a nuestro lado y nos ofrece un sobe por 25€. Tras echarle un vistazo aceptamos. Era una habitación en el primer piso de una casa con el baño compartido con otras dos habitaciones. Es increíble el ojo que tienen los locales para captar al turista, que incluso te abordanmientras conduces.

miércoles, 16 de julio de 2008

16-jul: Ljubljana - Pula

Ljublana, el día de la marmota

A las 6:20 teníamos que coger el tren Ljubljana-Opatija (11,80€), pero lo perdimos porque estábamos convencidos de que salía a las 6:40. El siguiente tren no era hasta las 14:55, así que tocaba quedarse tirados en Ljubljana. Lo peor es haberse pegado el madrugón para nada.

Dejamos la maleta en consigna (3€). En el hotel amablemente nos permiten volver a descansar a la habitación que habíamos dejado un rato antes.

Encima en Ljublana no hay muchas cosas que hacer. Un día entero es más que suficiente para visitarlo con tranquilidad. Así que había por delante una mañana "extra" sin nada interesante en el planning. Hora de improvisar y de probar alguna idea distinta.

Ljubljana - Puerta de la Catedral


Así que alquilamos una bicicleta en la oficina de turismo que hay al lado del mercadillo. Es probablemente la mejor manera de callejear por las zonas un poco menos céntricas de Ljubljana. Nos acercamos hasta el parque Tivoli, una gran extensión verde donde se respira mucha tranquilidad. Y después bajamos pedaleando por ambas orillas del río.

Volvimos a la estación con tiempo suficiente para coger el tren a las 14:55. No queríamos volver a perder el tren y quedar encerrados en Ljubljana cual Bill Murray en Atrapado en el Tiempo.

El tren se desliza lentamente por el paisaje esloveno durante las dos horas que dura el trayecto. Es todo muy rural, salpicado de pequeños pueblos y extensos pinares.

Dobrodošli Hrvatska

¡¡Bienvenidos a Croacia!! En tren atravesamos la frontera croata. Al entrar se sube un policía de aduanas al que hay que enseñar la documentación. Con el DNI es suficiente. Curiosamente Croacia en croata se escribe Hrvatska.

La estación de tren de Opatija está a 5 km del pueblo. Según nos comenta un paisano al que pregunto hay un autobús que pasa de vez en cuando. Mientras caminamos hacia el bus se acerca el mismo paisano en su coche y nos baja por 10€. Acaba de hacer un negociete, aunque nos vino bien para no acumular más retraso.

Pillamos el coche de alquiler en Sixt (205 € por 1 semana) y salimos de Opatija conduciendo por la costa. El paisaje está todo plagado de hoteles y apartamentos y la carretera es estrecha y con mucho trafico. Me recuerda mucho a la costa de las Rias Baixas.

En la península de Istria hay una vía rápida interior que va por enmedio de ninguna parte pero que comunica rápidamente (valga la redundancia) los principales pueblos y ciudades. La tomamos y vamos hacia Poreč.

Poreč, el primero de los bonitos pueblos costeros

A la hora de pagar el parking en un parquímetro (en casi todos los pueblos y ciudades la zona centro es de pago), me doy cuenta de que en Croacia hay que usar su propia moneda: la kuna. Sólo cuando te toca utilizar otra moneda te das cuenta de la ventaja que es tener el Euro al menos a la hora de viajar. En Poreč saqué dinero del cajero, pero luego fue difícil dar con una tienda en la que quisieran cambiar billetes por monedas para pagar el parking. Los dependientes me parecieron un tanto bordes. Aparcar en la zona azul costaba 8 kn por hora.

Poreč es un bonito pueblo todo empedrado, que ocupa una pequeña península. Es muy turístico y las callejuelas están abarrotadas de alemanes, tiendas y cafeterías.

El monumento mas destacado es el monasterio de Eufrasio, con unos bonitos mosaicos dorados. Subir al campanario cuesta 10kn y disfrutamos de unas maravillosas vistas de la puesta del sol brillando sobre el Mediterráneo.

Porec


En una o dos horas se completa la visita a Poreč.

Pula, reflejos de Roma

Tomamos nuevamente la vía rápida Y de Istria hacia Pula. En la primera casa con el cartel de sobe (que significa cama) paramos a preguntar. Allí no tenían libre pero nos redirige a una señora que sólo hablaba perfecto croata. Por lo que comprobamos, el inglés esta muy poco extendido. Lo más habitual es encontrar gente que chapurrea italiano y alemán. Regateando un poco conseguimos la habitación por 200 kn. Ningún lujo pero para dormir está bien.

Bajamos a dar una vuelta al centro de Pula y nos encontramos un magnifico coliseo ya con la iluminación nocturna en todo su esplendor. Por lo demás hay una avenida que recorre todo el centro con algunos restos romanos y muchas terracitas y tiendas llenas de turistas alemanes.

Pula


Cenamos en una de estas terrazas, en la pizeria-grill Pietro. Aquí los menús están típicamente compuestos de pescado, mariscos, pasta y pizzas. Se nota la influencia de la vecina Italia. Finalmente pedimos pedimos unos langostinos y vieiras por los que pagamos 240 kn.