Hvar, una isla no tan maravillosa
Hoy toca madrugar ya que pretendemos tomar un ferry desde Drvenik (a 30 km de Makarska) hacia Hvar a las 9:00. Al llegar hay una cola enorme de coches y se llena antes de que consigamos entrar en el barco. Mientras esperamos al siguiente, programado a las 10:30, pasamos un rato tomando el sol en la playa de Drvenik, que como casi todas las playas croatas es de piedras y está atestada de alemanes de tal manera que casi no hay sitio incluso a esas horas tan tempranas. Afortunadamente llega otro ferry de refuerzo a las 9:30 y partimos hacia Hvar.
Hvar está anunciada en los folletos como una de las 10 islas más bonitas del mundo. El ferry atraca en la punta de la isla contraria al pueblo de Hvar, así que hay que recorrer en coche los 80 km de longitud de la isla por unas carreteras estrechas y muy tortuosas. Tras algo más de 1 hora por la carretera no hemos visto nada de particular a esta isla que la haga especial y llegamos al pueblo de Hvar.
Hvar es un bonito pueblo costero, aunque similar a otros que ya hemos visto. Es agradable darse un paseo por la costa hasta el elegante hotel Amfora, situado en una calita y con muchos lujos como una piscina con cascada. El hotel se vende como "Grand Beach Resort" pero la playa mide como 20 metros de largo y es de piedras. Cosas del "marketing".
Nuestro siguiente destino es Korčula. A pesar de que hay una línea Hvar-Korčula, ésta no funciona a diario. Así que no nos quedó otro remedio que desandar el camino y volver nuevamente a Sučuraj, en la otra punta.
Marchamos decepcionados de la isla de Hvar. Sobre todo por el largo trayecto. Mientras esperamos a que llegue la hora de tomar el ferry nos paramos en una calita que está hacia mitad de la isla, que tiene un complejo abandonado sin finalizar la construcción, cerca de dos campings. La calita es muy tranquila y es un lugar ideal para pasar un rato tomando el sol en la playa, lejos de las hordas germanas.
En resumen, si bien el pueblo de Hvar es bonito tampoco tiene nada tan especial que haga que la visita merezca la pena ya que hay que perder mucho tiempo en ferries y en la carretera de la isla. El resto de la isla tampoco tiene ningún punto destacado.
Finalmente tomamos el ferry de las 18:00 hacia Drvenik, y allí mismo nos ponemos a la cola del ferry hacia Korčula, que sale a las 19:15. Este ferry hace este recorrido 3 veces al día, tardando 2:20. La linea la opera otra compañía distinta a la de los otros ferries (Jadrolinija), y sólo funciona en verano así que no veréis los horarios en su web por lo que conviene que os aseguréis del horario antes de planear el trayecto.
Korčula
El puerto de Korčula está a unos 4 km de la ciudad, y desconozco si hay transporte público. Paramos para buscar sobe cerca del cruce de la carretera general con el desvío a Korčula, y una señora nos ofrece un miniapartamento bastante bien puesto con baño y cocina por 40 € la noche.
Bajamos a Korčula a cenar. El castillo y murallas que rodean al centro antiguo son una pasada y están muy bien iluminadas de noche. Cenamos en un restaurante un poco a las afueras de la muralla. La carta es muy parecida al resto de restaurantes de Dalmacia: alguna ensalada, marisco, pescado y más bien poca carne. Cena correcta, como en casi todos los sitios.
Por la noche apenas hay ambiente. Si acaso un par de bares donde tomar un coctel, pero con poca gente que se retira rápido a dormir. En fin, habrá que dejar la juerga para otro día.
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